*Note: This article was originally written in Spanish because I thought doing this would be a cool way to create a space for future writers to express their thoughts in a language that is closely tied to their identities at Amherst. I’m hoping that this will continue to be a space for bilingual writers to share their experiences in ways they probably haven’t considered yet.
Also, for those of you who don’t speak Spanish, here is a short summary of my article:
Ever since my freshman year, I’ve always felt like I couldn’t relate to any of the conversations about sexual respect/ misconduct and even the “hook- up” culture at Amherst. Realizing that this may have a lot to do with my life before Amherst, I started to think about the different ways in which I have both failed to navigate and successfully navigated the social/ dating scenes at Amherst and the long- term effects these experiences have had on me. I also thought about the many conversations I’ve had with other students about “hooking- up,” sex, sexuality and what sexual misconduct looks like on our campus. I’ve concluded that I feel dissatisfied with the dating scene at Amherst because people don’t openly talk about why some students are more likely to identify with the “hook- up” culture more so than others. In this article, I pointed to certain studies to demonstrate how a student’s race and socioeconomic background affects whether or not he or she will participate in this culture. I also point to some of my own personal experiences, as well as staff members at the College, in order to make a larger point about how conversations about sexual misconduct seem to always assume that every woman on this campus participates in the “hook- up” culture, when that is simply not true. Finally, I also provide ways that the College can better include students who may feel left out of these conversations. One way is to create a weekly workshop/ group meeting (with the help of the MRC or any other relevant center) on the dating scene at Amherst. This could eventually become an established program at the College for students, community members, professors, etc. to exchange ideas, support, and critically engage with one another about this topic.
No recuerdo ni siquiera su nombre. Estuve tan borracha que no me acuerdo si fuimos a su cuarto o el mío. ¿Sharline, porque tu no te diviertes por una vez en tu vida? ¿Porqué no lo haces solo por una noche para olvidarte de la semana estresante?
Lamentablemente, estos son fragmentos de muchas conversaciones informales que yo he tenido con otros estudiantes en Amherst. He llegado a la conclusión de que la gran mayoría de las conversaciones que yo he tenido sobre las relaciones sexuales se tratan de “hooking-up.” Pero esto es un problema que merece más atención porque hay estudiantes como yo quienes desean educarse sobre como formar relaciones sanas sin ser recordados de lo que pasa cuando “hooking-up” no funciona. Aunque la frase “hooking- up” es ambigua, todavía deberemos entender lo que implicamos cuando suponemos que cada estudiante esta participando en la cultura de “hook-up” cuando esto no es cierto.
Los “hook-ups” en el colegio realmente no ocurren tanto como pensamos. Según varios estudios que examinaron los actitudes que estudiantes universitarios tienen sobre el sexo y las relaciones, dos de los cuales se realizaron en Brown University y Duke University, el sexo casual varía en frecuencia durante el primer año en la universidad, pero sigue siendo menos común que el sexo en el contexto de las relaciones comprometidas. Sin embargo, estos estudios solo afirmaron que el primer año de colegio es el tiempo cuando estudiantes experimentan con el sexo, especialmente debajo de la influencia del alcohol. Pero lo que no analizaron fueron las diferencias raciales y hasta socioeconómicas entre los estudiantes que participan en la cultura de “hook-up” y cuales no.
Por esto es que pienso que las conversaciones sobre esta cultura y la mala conducta sexual deben reflejar la diversidad de experiencias de estudiantes universitarios. Como una mujer latina en ayuda financiera, yo quiero que las conversaciones en Amherst sobre el sexo consideren que hay una importante distinción entre los estudiantes que participan en la cultura de “hook- up” y quienes no. Por ejemplo, hay estudios sociológicos que encontraron que estudiantes de color con fundos socioeconómicos menos privilegiados son menos propensos a participar en la cultura de “hook-up,” la cual es dominada por estudiantes blancos. Cuando he compartido estas inquietudes con otras mujeres en Amherst, especialmente mujeres latinas, africanas y afroamericanas, casi todas están de acuerdo conmigo. Yo quiero que estas conversaciones tengan un ojo más critico hacia las diferencias culturales entre grupos de personas. Este ojo debe observar como estas diferencias contribuyen a la probabilidad de que algunos estudiantes identifican con la cultura de “hook-up” más que otros.
Además, no me siento cómoda hablando con los defensores de pares del respeto sexual o el centro de salud porque siento que voy a ser juzgada por mis opiniones sobre el sexo en esta escuela. Por ejemplo, me acuerdo de cuando fui al centro de salud el semestre pasado y mi doctor atómicamente asumió que yo fui violada por un hombre cuando le hice una pregunta simple sobre mi salud sexual. En este momento, sentí que no podía tener la confianza en este doctor después de la conversación, y por eso, me fui, nunca volví y busque otro doctor en la universidad de Massachusetts. Por lo tanto, siento que únicamente puedo confiar en Mariana Cruz, la directora del Multicultural Resource Center, con mi vida privada porque ella también es una latina como yo. Nosotras hemos tenido muchas conversaciones sobre las relaciones románticas, pero esto es solo porque confió en ella como mi propia madre.
Otro informe importante titulado “Toward A Culture of Respect: The Problem of Sexual Misconduct at Amherst College” dice que “La raza complica la situación más. Muchos estudiantes de color, hombres y mujeres, y algunos estudiantes internacionales, creen que la universidad toma un actitud más punitivo hacia los agresores sexuales de color, especialmente si la víctima es blanca [traducción del autor].” Aunque el reporte admite más adelante que los archivos que nos diría si esto es cierto están cerrado o se han destruido, también dice que esto “vive en la memoria colectiva de Amherst.” Aun así, es una memoria negativa, la cual yo pienso he afectado mis opiniones sobre cómo establecer mi sexualidad en Amherst. Según este mismo reporte, “la mala conducta sexual en Amherst es un problema que se debe dirigir de muchos ángulos…tenemos que pensar con cuidado sobre cuales grupos son los más vulnerables y desarrollar estrategias de cómo incluirlos en el gran discurso de la mala conducta sexual [traducción del autor].” Entonces, si tenemos que “pensar con cuidado sobre cuales grupos son los mas vulnerables,” más allá de los estudiantes del primer año, es necesario que entendemos las diferencias culturales entre estudiantes y como determinan cuales participan en la cultura de “hook- up” y cuales no.
Puede ser que las discusiones sobre la agresión y el respeto sexual en Amherst no son tan accesibles a las mujeres jóvenes que vienen de familias más conservadoras? Aun así, si esto es realmente el caso, no quiere decir que estas mujeres tienen menos posibilidades de ser violadas. Yo argumento exactamente lo contrario. A no tener experiencias directas con esta cultura de “hook- up” o la violación sexual en sus escuelas secundarias y comunidades, estas mujeres jóvenes se encuentran en situaciones donde ellas no le dan “el consentimiento” a otra persona a tener el sexo. Pero a la vez se encuentran frustradas por las opciones limitadas en la intimidad. Esto últimamente afecta negativamente a sus vidas sexuales. Yo soy una de estas mujeres y nunca he sentido este hecho más que ahora, ya que estoy en mi tercer año en Amherst.
¿Pero que sostiene conversaciones que son más culturalmente competentes sobre las relaciones sexuales? Yo argumento que más allá del salón de clase, nosotros, estudiantes y administradores, tenemos que educarnos en maneras productivas. Usando el Multicultural Resource Center como punto de partida, creo que sería una buen idea si estudiantes quienes no participan en la cultura de “hook-up” implementarán una reunión semanal o un taller sobre cómo navegar el “dating scene” en Amherst. Lo que seria inicialmente un espacio de apoyo personal para estudiantes, podría eventualmente convertirse en un programa del colegio para estudiantes que no vienen de fondos tan privilegiados como otros estudiantes. También sería interesante si el centro más adelante invitara a profesores y otros miembros de la comunidad que han hecho trabajo sobre este tema para iniciar y mantener el discurso en Amherst.
El concepto de la “orientación cultural,” o la inclinación de una persona a pensar, sentir o actuar de una manera determinada culturalmente, dice que un individuo puede ser orientado a la cultura anglosajona en las tradiciones que el/ ella practica, pero todavía no identificar explícitamente con la cultura anglosajona. Mi experiencia formando mi “orientación cultural” en Amherst sirve como ejemplo porque aunque me identifico con algunos aspectos del estudiante típico en la universidad estadounidense, todavía mantengo aspectos de mi cultura dominicana debido a mi fondo racial y socioeconómico. Además, este argumento no se limita sólo a los latin@s porque estudiantes que se criaron en un país africano o en un país en Asia la mayoría de sus vidas antes de venir a Amherst van a tener ideas sobre las relaciones que no siempre coinciden con normas anglosajonas. Si Amherst quiere resolver “el problema del malo conducto sexual, hacia una cultura de respecto,” también tiene que incluir y apoyar totalmente a los latin@s (y los estudiantes de otros países adonde no se habla principalmente el ingles) representado/as en su cuerpo estudiantil.